El entonces Capitán de Fragata Eduardo Carrasco fue capturado en el Callao por los españoles, cuando el sargento Moyano capturó el Real Felipe en la noche del 5 de febrero de dicho año. Permaneció Carrasco preso en Puno hasta la batalla de Ayacucho y en marzo de 1825 regresó a Lima, recuperó su puesto y fue llenado de premios por su valeroso comportamiento.